En la colección Pieles de Agua Caco Honorato trabaja metáforas de piel, piezas en papel en un esqueleto de cobre, frágiles, erosionadas por agujeros, cortes, vestigios de algo que fue. El titulo nos da un giro en la metáfora, esta es una piel de agua, algo inasible, se nos escapa, lo que vemos es el esqueleto, una piel como de insecto que quedo abandonada de otra vida.
Sus formas están a medio camino entre lo orgánico y y una cosas construida, estas piezas quieren ser más que lo material que vemos, estas piezas están cargadas de fantasmas. ¿Por qué la piel?
Es nuestra barrera con el mundo, el lenguaje no hablado el del cuerpo se podría resumir a una piel sensible, una piel que siente, el mundo de las relaciones con lo social, las personas, está en la piel, el sicoanalista Didier Anzieu planteaba la existencia de una piel síquica, esa piel virtual que nos contiene al igual que la piel física e impide nuestra disolución, el que exista una conciencia del yo.
En pieles de agua lo que luce como objeto portable no es una joya que durara muchos años, estas piezas hablan de algo humano, efímero, algo que hay que cuidar, se transforman en partes del cuerpo, objetos que desnudan con su subjetividad.